LA MUERTE TE SIENTA BIEN

Gerardo era un muchacho simpático. Hay que reconocer que siempre trataba de ayudar a los demás y tenía la mejor disposición del mundo… no era ninguna lumbrera, pero tenía ganas, no era ningún galán pero tenía novia.Un día tropezó cuando bajaba de un autobús y la rueda delantera le aplastó la cabeza cuando ni contaba con treinta años. La muerte fue lo mejor que pudo haberle pasado, de no ser porque murió. Le dotó de una autoridad que jamás tuvo en vida, de pronto se empezó a decir «como Gerardo decía» o «es lo que hubiera querido». Su novia alcanzó un estatus de viuda y martir que la volvió el centro de la atención…

Su nombre se convirtió en fetiche en el modesto grupo de amigos, se le invoca para decir algo importante e incluso se le piden favores como si fuera una deidad. Nunca fue el más popular cuando estaba vivo, él y su novia eran casi unos outsiders y ahora de pronto concita todo este amor extravagante que ya no le sirve…

~ por Arturo Ruiz Ortega en junio 8, 2009.

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